La coctelería mexicana no conoce límites, y basta un sorbo al Tequila Sunrise para convencerse de ello. Este combinado presume de ser uno de los más famosos de Acapulco y del resto del país norteamericano. Entre sus ingredientes se dan cita el zumo de naranja y la granadina sobre una base de tequila. El resultado es un trago de tonos dorados y anaranjados que recuerdan al crepúsculo —de ahí que reciba el nombre de sunrise o «amanecer» en inglés.
Refrescante, afrutado y muy caribeño, el Tequila Sunrise mexicano se ha ganado un puesto de honor entre los mejores cócteles del mundo, conquistando el paladar de Mick Jagger y otras celebridades. Su sabor es una danza de notas cítricas, dulces y herbales, servidas en un vaso alargado o long drink y maridadas (¿es necesario recordarlo?) con platos picantes.
Tequila Sunrise: ¿qué ingredientes lleva y cómo se prepara?
Los ingredientes del Tequila Sunrise empiezan, como es lógico, con el propio destilado del agave tequilana. No todos los tequilas son compatibles con este trago. Se recomienda el uso de tequila blanco o plateado, que también es el mejor tequila para hacer margaritas, otro clásico del minibar mexicano.
En orden de importancia, le sigue el zumo de naranja, seña de identidad de este cóctel, pese a estar presente también en el Orange Blossom o el Garibaldi. La fórmula del Tequila Sunrise se completa con la granadina, un jarabe elaborado a partir del fruto de la granada (Punica granatum).
Otro ingrediente que tequila lleva el Tequila Sunrise es la guinda al marrasquino, broche de oro de numerosísimos combinados. Se trata de cerezas rojas confitadas que aportan un toque de sabor delicado y vibrante, en opinión de los expertos. Por último, el hielo y una rodaja de naranja son necesarios en este espirituoso.
Respecto al paso a paso de su preparación, el Tequila Sunrise nace en un vaso de tipo long drink, no en la coctelera tradicional, incorporando el hielo desde un inicio. Se agregan 40 o 50 mililitros de tequila de la variedad blanco o plata, mezclados con alrededor de 20 ml de zumo de naranja.
Como remate, un chorrito (2-3 ml) de granadina, que otorga al tequila las notas crepusculares que singularizan a este cóctel. Que no falten tampoco la rodaja de naranja y la guinda al marrasquino. Los detalles marcan la diferencia, y en Mawey predicamos con el ejemplo.
Cómo la Ley Seca propició la creación del Tequila Sunrise
En 1972, The Rolling Stones emprendió una gira norteamericana bautizada como Tequila Sunrise Tour. Su nombre coincide con el cóctel que inspiró uno de los tours más famosos de ‘Sus Majestades Satánicas’. Mientras la banda estaba alojada en el bar Trident de San Francisco (California), Mick Jagger y los suyos probaron este combinado, causándoles una honda impresión.
Aunque este episodio daría fama internacional al trago mexicano, la historia del Tequila Sunrise comienza medio siglo antes, en el contexto de la Ley Seca que asoló los bares de EE.UU. Sedientos de un trago, muchos aficionados a las bebidas espirituosas se desplazaban hasta la frontera mexicana, donde el resort Agua Caliente de Tijuana vería nacer este espirituoso.
Otras teorías sobre el origen del Tequila Sunrise apuntan a la década de 1930-40 y a un lujoso hotel de Phoenix llamado Arizona Biltmore, todavía en pie. Fue aquí donde un entusiasta del licor del agave tequilana desafió al barman Gene Sulit a que la sorprendiera con un cóctel diferente, dando lugar a una mezcla de tequila, limón, gaseosa y licor de cassis, que sería un acercamiento al Tequila Sunrise tal como lo conocemos.