Con más de 545 especies de insectos comestibles, México se enorgullece de ser uno de los países donde la entomofagia goza de mayor desarrollo y popularidad. La degustación de jumiles, chapulines, xamues o gusanos de maguey forma parte de la idiosincrasia gastronómica del país azteca. Son un manjar delicioso, exótico y sostenible. ¿Por qué hacerle ascos?
Aunque pueda sorprender, los insectos comestibles en México son un bocado extremadamente nutritivo y saludable. Contienen vitaminas, grasas, minerales y otros nutrientes valiosos para el ser humano. Incluso pueden ser el ingrediente central de platillos de cierta fama, como los tamales de escamoles, la salsa de chicatanas o los tacos de chapulines oaxaqueños (de hecho, los tipos de tacos mexicanos comprenden un universo de sabores casi inabarcable).
Estos 7 insectos comestibles encierran una parte desconocida del sabor de México
Chapulín
Los insectos chapulines pertenecen al orden taxonómico de los saltamontes y grillos y constituyen un regalo para el paladar en el estado de Oaxaca. Estos pequeños y saltarines insectos ocupan un lugar destacado en la dieta de sus habitantes desde tiempos precolombinos.
De textura crujiente y gusto cítrico y algo picante, los chapulines se consumen como acompañamiento de tacos y otras botanas. Su personalidad y rico sabor invitan a degustarlos como un plato único o untados con guacamole.
Gusano de maguey
La gastronomía con insectos puede ser una caja de sorpresas. Los gusanos, por ejemplo, son un preciado snack en ciertas culturas. Para muestra, las diferentes larvas que proliferan en las plantas de agave o maguey de Hidalgo, Tlaxcala o Estado de México.
Los mexicanos acostumbran a freír y condimentar con chile estas orugas, ya sean los mecocuiles o los chinicuiles, fáciles de distinguir por su color blanco y rojo, respectivamente. Su sabor ha sido descrito como suave y terroso. Como curiosidad, estos gusanos —técnicamente, larvas de lepidópteros— se agregan a las botellas de mezcal mexicano, seña inconfundible de esta bebida alcohólica.
Escamol
Otro de los principales insectos comestibles en México también guarda relación con el agave americana: los escamoles, larvas de un tipo de hormiga (Liometopum apiculatum) que abundan en las raíces del maguey. Se cocinan con aceite y mantequilla antes de incorporarse a quesadillas, tacos y otros preparados.
Debido a su temporalidad, la dificultad de su cosecha y el precio al que se cotizan, estas larvas reciben el sobrenombre de «caviar mexicano».
Ahuautle
Aunque la contaminación de lagos y afluentes ha golpeado su recolección y limitado su consumo, el ahuautle sigue estando presente en recetas prehispánicas de mixiotes, tamales, etcétera. Se obtiene de las huevas de un insecto denominado axayácatl o chinche de agua.
Los colonos europeos dejaron constancia de los usos y costumbres que rodeaban originalmente al ahuautle, como de otros insectos que se comen en México. Narran los conquistadores que el emperador Moctezuma era aficionado a este alimento, que desayunaba fresco cada mañana.
Jumil
Quizá los jumiles, xotlinilli o chinches de monte no tengan el nombre más apetitoso del mundo. Los paladares bien entrenados descubrirán un bocado delicioso en estas especies de insectos comestibles en México, de gusto similar a la canela. En Guerrero, Morelos y otros estados, suele enriquecerse con ellos el mole y otras salsas.
A diferencia de otros insectos, los jumiles pueden consumirse vivos, pero sus cualidades anestésicas tienden a adormecer la lengua, un efecto sorprendente que no parece importar a sus adeptos.
Cocopache
Si todavía te preguntas cuáles son los insectos que se comen en México, los cocopaches, xamues o tantarrias son relativamente fáciles de encontrar en salsas y rellenos de Hidalgo, Puebla o Ciudad de México. Este raro manjar no es sino una suerte de escarabajo de color negro y franjas naranjas, formalmente llamado Thasus gigas, que se localiza en plantas como el huizache y el mezquite.
Respecto a su sabor, los platos enriquecidos con cocopache adquieren un gusto dulce y unami, cercano al chocolate, que realza ingredientes como el queso de cabra.
Alacrán
A los alacranes se les teme en otros países, no en los estados mexicanos de Durango y Sonora, donde se consumen de ordinario como parte de frituras, caldos o botanas como el taco. Antes de cocinar este arácnido, se elimina su veneno y, con ello, cualquier impacto negativo sobre la salud humana. Superado el rechazo inicial, el alacrán recuerda bastante a la carne de res.