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Si los términos ‘botana’, ‘comal’, ‘molcajete’ o ‘papadzules’ no te sugieren nada, estás de enhorabuena: estas y otras palabras mexicanas de comida tienen un significado e historia fascinantes, que en Mawey te invitamos a descubrir.

La gastronomía se degusta con el paladar, pero también con la mente (en concreto, mediante el paladar mental, como lo llaman los gastrónomos). Al saborear un vocabulario tan exótico como el mexicano, no sólo abrirás tu mente a nuevos horizontes culinarios, sino también tu apetito. Y dicho esto, «a darle que es mole de olla», como dicen en la nación tricolor.

Vocabulario ‘gastro’ con acento mexicano: 9 palabras sobre comida azteca que debes conocer

‘Comal’: utensilio estrella de la cocina mesoamericana

La cocina azteca se sirve de multitud de utensilios que preceden a la colonización española y que están más enraizados en la cultura ancestral. Es el caso del comal, un «disco de barro o de metal que se utiliza para cocer tortillas de maíz o para tostar granos de café o de cacao», citando al DRAE. Sin duda esta es una de las palabras mexicanas sobre gastronomía más llamativas para el lector del Viejo Mundo.

‘Papadzules’: una delicia maya para gentlemen

La comida mexicana típica conserva buena parte de su recetario prehispánico, y los papadzules son un buen ejemplo. Se trata de un plato maya, común en Quintana Roo, Campeche y Yucatán, que se compone de tortas de maíz rellenas con jijomates, huevo cocido, pepitas de calabaza y otros ingredientes tradicionales. El término significa, en las lenguas mayenses, «comida del señor» o «alimento del caballero».

‘Chayotes’: un fruto muy refranero

«Vas a estar pariendo chayotes». Los mexicanos, al menos una vez en la vida, se sorprenden diciendo esta frase, indicativa de que se pasará un mal rato. Lo curioso es que el fruto conocido como chayote garantiza lo contrario: el sabor dulce y suave de esta hortaliza mexicana pone una sonrisa en los paladares más exigentes.

‘Birote’: un pan blanco, legado francés

Un panecillo blanco, salado y de origen francés: así podríamos definir el birote, un alimento básico que guarda un parecido razonable con la baguete que conocemos en España. Su origen es bien curioso: a petición del general Camille Desmoulins, un cocinero de apellido Pirotte enseñó a los indígenas a elaborar pan, dando lugar a uno de los términos mexicanos sobre comida más interesantes.

‘Botanas’: más que un simple snack

Los entrantes reciben en México el nombre de ‘botanas’, y su catálogo es de una diversidad pasmosa: quesadillas, tlacoyos, ceviches, molletes, totopos, papas cambray, chicharrones de queso, etcétera.

‘Birria’: sin relación con la cerveza

Al estudiar las palabras en mexicano y su significado en español, el término ‘birria’ surge en más de una tertulia, y no es para menos. Lejos de referir una «persona o cosa de poco valor o importancia», como recoge la primera acepción del DRAE, la birria describe un guiso de cordero, chile y especias en tierras mexicanas.

‘Ate’: la pasta más dulce del país tricolor

¿Cómo pueden tres letras concentrar tanto sabor y tradición? En el vocabulario mexicano sobre comida, la palabra ‘ate’ ocupa un lugar especial. Esta pasta de azúcar y frutas (principalmente membrillo y guayaba) está claramente hermanada con los dulces de membrillo de la península ibérica, aunque su riqueza de ingredientes es mayor. Tal es su fama que, en el estado de Michoacán, posee denominación oficial.

‘Molcajete’: un mortero de época prehispánica

El aliado del molde mexicano perfecto se llama molcajete. Este mortero de piedra, tradicional en la cultura mesoamericana, facilita la molienda de hierbas, chiles, especias y otros condimentos que dan sabor e identidad a la gastronomía azteca.

‘Achiote’: la pasta mexicana por excelencia

Pastas mexicanas hay muchas, pero el achiote sorprende por su gusto terroso, dulce y embriagador. Se elabora a partir de las semillas de la Bixa orellana, planta típica de México, condimentadas con distintas especias. Se emplea para saborizar o como colorante de infinidad de platillos, y según el territorio recibe nombres como ‘anatto’ o ‘bijol’.

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