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Los helados mexicanos cautivan por su originalidad, idiosincrasia y riqueza de sabores, con opciones tan peculiares como el aguacate, el rompope, la nieve de elote o la rosa de Castilla. La preferencia por los ingredientes naturales es una constante en el sector heladero de México, donde la afición por estos alimentos helados o nieves viene de lejos.

Las nieves mexicanas se remontan a la época precolonial, cuando se recolectaba nieve del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, dos volcanes del estado de Puebla. Las frutas y otros alimentos se consumían helados en el marco de ciertos cultos y tradiciones, como los que involucran al dios lxtlacoliuhqui.

En sentido estricto, la fórmula del helado desembarcó en el territorio mexicano junto con los colonos españoles. Pero sería injusto olvidar la influencia de los heladeros o neveros, dedicados a la extracción y transporte de nieve, en esta floreciente industria. Incluso se tiene constancia de un famoso nevero, Leonardo Leaños, que desempeñaba este curioso oficio hacia 1602-1620.

Helados mexicanos: 6 sabores que solo encontrarás en la nación tricolor

Rompope

El helado de rompope es un postre tradicional entre los poblanos, basado en esta «bebida que se confecciona con aguardiente, leche, huevos, azúcar y canela», citando al DRAE. Pese a ser un licor, no es extraña su reconversión en helado, como sucede con el ron o el güisqui en el Viejo Mundo.

Aunque el rompope se consume en Costa Rica, Ecuador y otros países latinoamericanos, su origen se encuentra en las monjas clarisas durante el Virreinato de la Nueva España. El sabor inconfundible de este ponche está presente en el helado exótico que lleva su nombre.

Zapote

Otro de los helados típicos de México es el de zapote, denominación que agrupa un grupo de frutas mesoamericanas, populares en la elaboración de batidos, dulces, aguas frescas, etcétera. Este helado surgió en Veracruz y se benefician del sabor a chocolate del zapote negro y de sus beneficios para la salud (su aporte de vitamina C, por ejemplo, supera a la naranja). Otras variedades de zapote son el blanco, el mamey y el amarillo o borracho.

Nieve de elote

La mazorca tierna de maíz, o elote, es la base de uno de los sabores de helado en México más exquisitos. Considerando que el maíz es el cultivo con mayor impacto económico en el país norteamericano, su aprovechamiento en postres y dulces (el pan de elote, por ejemplo) no tiene nada de particular. Y si triunfa en repostería, ¿por qué no darle una oportunidad en los helados?

Rosa de Castilla

De cualidades ornamentales y medicinales, la rosa de Castilla (Rosa gallica) también está detrás de uno de los helados artesanales mexicanos más singulares. Los pétalos comestibles de esta rosa, proveniente de Europa y Asia, sobresalen por su dulzor o toque picante, que transfieren a las creaciones heladeras en que se basa.

Aguacate

Hablar del aguacate es hablar de México, por la vinculación de la Persea americana con la nación mesoamericana, donde se desarrolló hace 8.000 años para conquistar después el paladar internacional. Este ingrediente, básico en la receta original del guacamole, da lugar a uno de los sabores más populares de helado. ¡A qué esperas para probarlo!

Gansito

Las chucherías y golosinas mexicanas comprenden un mundo de sabores que daría para un artículo propio. El helado de gansito —pastelito relleno de crema y mermelada con una cobertura de chocolate— es realmente popular en la nación tricolor y demuestra que lo delgada que es la frontera entre la repostería y la heladería, incluso en el país azteca.

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