«Si la vida te da limones…, pide sal y tequila». Este refrán adaptado que invita al optimismo, también esconde un consejo médico, dadas las cualidades digestivas de esta bebida alcohólica. Y es que un chupito de tequila al día no sólo alegra el corazón, también alarga la vida.
Que el tequila es bueno para la salud —siempre con moderación— es harto conocido, pero sus efectos sobre el aparato digestivo no lo son tanto. Los estudios demuestran que este destilado natural, obtenido a partir de la fermentación del jugo del agave tequilana o tequilero, impacta positivamente sobre los órganos responsables de la digestión, favoreciendo también la eliminación de toxinas. Por tanto, el tequila es digestivo.
El tequila y sus efectos digestivos, ¿mito o realidad?
Darle un trago a José Cuervo, Patrón y otros famosos tequilas es un aliado de las sobremesas. Según un estudio de la American Chemical Society (ACS), el consumo de esta bebida centenaria estimula el sistema metabólico, de importancia crítica en las digestiones, de forma que mejora la actividad intestinal. Como otros destilados, no debe tomarse en ayunas, y su alta graduación alcohólica prescribe moderación.
Cabe destacar, además, que este destilado posee bacterias saludables para el tracto digestivo. El uso del tequila como probiótico y prebiótico, por tanto, está avalado por la ciencia además de la tradición. Por si fuera poco, carece de gluten, siendo compatible con el régimen de personas intolerantes a esta proteína.
Por otra parte, la bebida derivada del agave tequilana es de las pocas que las dietas light aceptan, dado el escaso volumen de azúcares que contiene. De hecho, tomarlo en su justa medida contribuiría a la pérdida de peso. Decir adiós a esos kilitos de más nunca fue tan fácil, ¿verdad? Sin lugar a dudas, uno de los beneficios del tequila más inesperados.
Asimismo, el estudio titulado Tequila plant is possible sweetener for diabetics — helps reduce blood sugar, weight aplaude los efectos del tequila sobre el nivel de azúcar en sangre. Se ha demostrado que el agave aumenta la producción de insulina, hormona que regula la cantidad de glucosa en sangre. Así pues, maridar tequila y comida mexicana es más que un arte: es saludable.
Un tequila al día, ¿del endocrinólogo te libraría? La respuesta es afirmativa
Las cualidades del tequila van más allá de reducir la glucosa en sangre o combatir la pesadez de las digestiones. El agave tequilana en su variante azul —precisamente la empleada en la elaboración de tequila— incentiva el desarrollo óseo y ha sido propuesto, incluso, como tratamiento para la osteoporosis.
«El consumo de fructanos contenidos en el agave, en colaboración con una microbiota intestinal adecuada, favorece la formación de hueso nuevo, incluso con presencia de osteoporosis», citando el artículo In search of a treatment for osteoporosis from the tequila agave publicado en ScienceDaily.
La investigación, realizada por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados de Cinvestav, «comprobó que los ratones que consumían estos fructanos sintetizaban casi un 50 por ciento más de dicha proteína, además de que el diámetro de sus huesos era mayor en comparación con los sujetos a los que no se les suministraban derivados del agave».
Las propiedades y efectos del tequila hablan por sí mismos. Este destilado optimiza la absorción de minerales como el magnesio y el calcio, y su riqueza en antioxidantes aminoran el daño oxidativo en el organismo.
A la vista de estos beneficios del tequila para la salud, el espirituoso más mexicano se ha ganado un puesto de honor en el minibar. Así que un tequila, y ¡salud! —nunca mejor dicho.